▲ Fotograma de Un trabajo en serio, quinto filme del director Thomas Lilti, que se proyecta dentro del 27 Tour de Cine Francés, en la Ciudad de México.
E
ntre otras propuestas interesantes que se añaden a las antes reseñadas en este espacio a propósito del 27 Tour de Cine Francés, destaca Un trabajo en serio (Un métier sér ieux, 2023), quinto largometraje de Thomas Lilti (Hipócrates, 2014). Luego de haber abordado en cintas anteriores las vicisitudes y dilemas morales de la profesión médica, el realizador explora aquí un terreno igualmente delicado y posiblemente más polémico: la enseñanza en escuelas preparatorias francesas ubicadas en zonas populares. La novedad reside ahora en que lejos de proponer una radiografía de las condiciones sociales de un oficio mal pagado, en ocasiones ingrato, lo que hace la cinta es penetrar en la vida cotidiana de los maestros que luchan por establecer vínculos de comunicación efectivos con alumnos de quienes se sienten cada vez más distantes, ya sea por una brecha generación casi insalvable o por desencuentros en el terreno de las tecnologías dominantes, o más aún, por la frustración de no poder brindarles, mediante la enseñanza, mayores certidumbres respecto al futuro laboral que les aguarda.
La comunicación franca que mantienen los profesores entre sí se vuelve así un refugio en la solidaridad y también una vía de escape temporal para sobrellevar la carga de una profesión crecientemente apabullante. En esta crónica coral, un maestro veterano (François Cluzet), a punto de soltar la toalla ante el reiterado desdén que sienten sus alumnos por la literatura de Zola, alecciona a Benjamin (Vincent Lacoste), un nuevo profesor, con ilusiones frescas, sobre los retos que habrá de enfrentar, en tanto otras dos maestras (interpretadas por Adèle Exarchopoulos y Louise Bourgoin) hacen acopio de fuerzas, desde la depresión o desde una tenacidad imbatible, para resisitir a las grillas de la burocracia escolar, al explicable desánimo juvenil y a situaciones domésticas tensas, producto de largas horas de entrega azarosa a una misión sin mayor gratificación aparente. Que de todo este marasmo surjan algunas notas finales de calidez moral y entendimiento humanista, tal es el acierto enorme que consigue, en el terreno de la ficción, Thomas Lilti, este alumno aventajado de los realizadores Nicolas Philibert (Ser y tener, 2002) y Laurent Cantet (La clase, 2008).
Otra cinta notable del Tour, Recuerdos de París (Revoir Paris, 2022), de Alice Winocour, resume de modo impactante el clima de terror que provoca en un restaurante parisino la incursión nocturna de varios personajes enmascarados con metralletas y la consigna de disparar indiscriminadamente contra todos los comensales. Este crimen colectivo es reconstruido en cada uno de sus detalles a través de la difícil evocación memoriosa de Mia (Virginie Efira), una de las sobrevivientes, quien meses después aún soporta los efectos del traumatismo. El hecho aludido es evidentemente el atentado terrorista perpetrado en la discoteca El Bataclan en noviembre de 2015, tragedia todavía muy viva en la memoria de muchos parisinos.
La realizadora se inspira en recuerdos personales, en el contacto que durante todo el drama mantuvo, por mensajes de texto, con un hermano suyo presente en el lugar. Su propuesta narrativa combina la reconstrucción mental que hace la protagonista Mia, equivalente a soñar despierta una pesadilla, y el esfuerzo de resistencia emocional al que se libran los otros sobrevivientes, un ritual que incluye visitar periódicamente el lugar, reconstituir los hechos, aprender a superar el horror de lo vivido, afianzando entre ellos vínculos de solidaridad. Un tono documental y una ficción casi onírica entrelazados y como acierto esencial las actuaciones justas, alejadas del melodrama, de Virginie Efira y Benoît Magimel.
En un registro más convencional, manejando con soltura la comedia ligera y una línea dramática contenida, figuran otros dos títulos exitosos: Azúcar y estrellas (À la belle étoile, Sébastien Tulard, 2023), sobre las tribulaciones de un cocinero estrella, de origen magrebí, en el terreno, improbablemente tan incluyente, de los grandes restaurantes franceses, y Un nuevo comienzo (Philippe Lefebvre, 2023), sobre la fatiga conyugal en una pareja madura (Franck Dubosc y Karine Viard), contratiempo siempre remediable con dosis de buen humor y crepuscular picardía. Nada especialmente novedoso, tampoco particularmente ingrato.
Se exhiben en Cinépolis, Cineteca Nacional, Cine Tonalá y Cinematógrafo del Chopo.