No es un azar el hecho de que India, país que posee la industria de cine más prolífica del mundo (más de mil largometrajes al año), haya producido en 2021, en plena pandemia y en medio de una amenaza de deserción de espectadores, una película como La última función de cine (Chhello Show), del realizador hindú Pan Nalin (Samsara, 2001). Y es que lo que propone la cinta no es sólo un homenaje al cine, sino a una forma artesanal de hacer cine, y también de sentirlo y entenderlo.