▲ Cartel de la cinta dirigida por Diana Muñoz
Rosario Jáuregui Nieto
Periódico La Jornada
Martes 8 de agosto de 2023, p. 8
En cada tortilla que Elena elabora acaricia el sueño de lograr mejores oportunidades para el bebé que espera, cuenta Irene Castellón, protagonista del corto que lleva el nombre del personaje, dirigido por Diana Muñoz.
Es una película que aborda la movilidad de las personas, en este caso de dos indígenas, Elena y su esposo, ante la necesidad de hallar mejores condiciones de vida; trata sobre la identidad de un pueblo, de sus raíces, agrega la actriz. La directora rodó el cortometraje para titularse en la licenciatura de realización, del CAAV Universidad de Medios Audiovisuales, y lo estrenó en los festivales de Cortometraje Universitario y CAAV, en Guadalajara, Jalisco; Elipsis, en Pachuga Hidalgo, y tiene su premiere internacional Cinema de Caruaru, en Brasil. Además, se exhibe en la plataforma FilminLatino, en la que cerrará temporada el 19 de agosto.
La obra se centra en Elena, quien, después de que su esposo se va del pueblo donde viven, decide también dejar su tierra e irse a la ciudad donde tiene un avasallante encuentro con la gran industria de la tortillería. Entonces se da cuenta de que lo que a ella le lleva mucho tiempo elaborar, una máquina lo produce rapidísimo. Su labor iba desde sembrar el maíz hasta preparar el nixtamal.
Aunque la protagonista sigue con la espinita de que podrá vender sus tortillas hechas a mano, termina trabajando en un expendio del producto. Hay un gesto de amor en cada tortilla que hace, incluso en la que sale de la máquina, las acaricia
, destaca Castillón.
La actriz comparte que se sintió muy identificada con el personaje. Me vine de Rosamorada, Nayarit, a Guadalajara, Jalisco. Mi pueblo es pequeño, todo mundo se conoce, se llega pronto a cualquier rincón. Como Elena, di un salto, no para hacer tortillas, pero sí con el sueño de estudiar actuación y tener una mejor vida. Como que agarré parte de mí para ponérselo al personaje
, relata.
Irene Castellón también hace teatro. Por ahora, actúa en la obra No oigo nada, soy de palo y tengo orejas de pescado, en la que se trabaja con lengua mexicana de señas, pues uno de los actores es sordo.
La pieza invita a conocer formas de entablar comunicación aun con las personas que no pueden oír o cualquier otra, así como a cuidar el planeta. Es una producción del grupo Pies Hinchados, que se dedica a promover el arte escénico y sensibilizar a la gente en relación con la discapacidad
, señala la actriz.
Sin embargo, como no hay mucho trabajo de actuación, trabaja en una cafetería, en la que también es feliz a veces de cajera o preparando una bebida
, concluye.