Grafiteros pintan murales en barriada de Bogotá como acto de resistencia
ante la intervención de autoridades
▲ La iniciativa es discriminatoria, asegura el colectivo Survamos.Foto Afp
▲ La iniciativa es discriminatoria, asegura el colectivo Survamos.Foto Afp
Afp
Periódico La Jornada
Lunes 6 de febrero de 2023, p. a11
Bogotá. Un ojo gigantesco custodia la barriada bogotana de Ciudad Bolívar. Realista y creado en escala de grises, el mural se alza como desafío contra la iniciativa gubernamental que pintó de colores vivos las fachadas de la zona más estigmatizada de la capital colombiana.
Es un programa discriminatorio, porque no se hizo en todas las partes de la ciudad, sólo fue para algunos barrios
pobres, señaló a Afp Wilson Niño, del colectivo Survamos, que pinta sus murales en Ciudad Bolívar como acto de resistencia
contra las intervenciones del gobierno local.
Desde 2012 Niño y otros artistas invitan a grafiteros a intervenir esta barriada de callejones intrincados y anclados a una montaña en el extremo sur de Bogotá.
Denominado Museo libre, es un festival que buscaba descentralizar
la oferta artística que suele concentrarse en barrios acomodados de esta ciudad de 8 millones de habitantes. Pero luego de que la alcaldía interviniera entre 2016 y 2019 casi 15 mil fachadas de la zona como parte de un proyecto de arte urbano responsable
, el festival tomó un nuevo significado: Acá habíamos pintado nosotros, pero vinieron ellos y no se tomaron el tiempo de buscar otros espacios. Cubrieron lo que estaba pintado y no les interesó
, reclamó Niño, quien asegura haber visto una decena de murales del colectivo tapados
por la alcaldía.
Teníamos que ver cómo resistir a esas entidades públicas o megaproyectos
, agregó el artista, de 32 años.
Desde entonces, el colectivo ha pintado una treintena de nuevos murales.
Consultada por Afp, la alcaldía de Ciudad Bolívar defendió el proceso de embellecimiento
del barrio sobre la base de la teoría de las ventanas rotas
, según la cual los espacios deteriorados fomentan la delincuencia. Popular en Nueva York durante la década de 1990, esta política divide opiniones en las grandes urbes.
Sicarios en moto se escabullen por los callejones de Ciudad Bolívar. Es una escena que se repite en la exitosa serie de televisión Pandillas, guerra y paz, emitida y retransmitida desde 1999.
La producción –junto a los indicadores de violencia– cargó a los 770 mil habitantes de la empobrecida localidad con el estigma de la delincuencia.
Burla para la comunidad
En un esfuerzo por cambiar la cara
a la zona, la alcaldía de Bogotá inauguró a finales de 2018 un teleférico de 3.3 kilómetros para acceder a las colinas más lejanas y marginales. También construyó parques, vías y las coloridas intervenciones que Survamos cuestiona: Yo he vivido acá y he visto que las necesidades de la gente no son pintura (…) es como una burla a la comunidad cuando la gente requiere otra clase de mejoras
, anotó Luisa Forero, quien firma sus murales como M de Maga.
Desde el cielo, las pequeñas casas del barrio forman una colcha de retazos con techos de hojalata que se defienden del viento sostenidos por ladrillos. Programas similares encienden el debate en lugares como Río de Janeiro, La Paz, Ciudad de México.
Cardo, muralista chileno que participó en esta edición del festival, cree que el esfuerzo gubernamental puede ayudar
, aunque “hay matices” que no comparte “como el de ‘hermosear’ o maquillar la pobreza”.
Pero la alcaldesa de Ciudad Bolívar, Tatiana Piñeros, defiende las intervenciones: Cuando recuperamos espacios sucios o deteriorados cambian las situaciones asociadas al delito (…) han venido mejorando los indicadores (de seguridad)
, dijo a Afp.
Según Piñeros la administración de Bogotá aspira a llevar el programa a más barrios.
Concentrar todas las intervenciones en un solo sitio sería discriminatorio (…) Nuestra tarea ha sido democratizar el tema. Queremos llegar a más puntos
, explicó.
En 2022, Ciudad Bolívar fue la localidad con más homicidios de la capital (179), aunque la cifra es menor a los 191 casos del año anterior.
Cada año, los integrantes de Survamos ofrecen su trabajo a cambio de materiales para el festival. Esta vez recibieron aerosoles y otros insumos en retribución por murales privados y talleres.
La décima edición de Museo libre contó con la participación de una veintena de artistas, entre ellos extranjeros y nombres de peso en la escena local como Stinkfish, cuyos murales han estado en la pasarela de Prada, una de las principales casas de moda italianas. Ninguno cobró por su trabajo.
Las pinturas de la Alcaldía y las del festival conviven en la fachada de Ramiro Muñoz, un hombre de 52 años que ve con buenos ojos ambos proyectos.
La iniciativa del Distrito le dio un toque de color al barrio y pavimentó la calle que pasaba frente a su casa.