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Lo que importa de los Grammy es el público, sin él no hay premios, dice Pablo Ahmad

Lo que importa de los Grammy es el público, sin él no hay premios, dice Pablo Ahmad

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▲ De los 44 años de edad que tiene Pablo Ahmad, 21 los ha vivido en México. Se describe como el título de uno de sus discos, Un poco de tango y un cacho de todo. En su faceta de intérprete, señala que le gusta hacer covers y tocar con otros colegas, como los Decadentes o Gustavo Cordera.Foto cortesía del compositor y productor

Juan Ibarra

 

Periódico La Jornada
Martes 21 de marzo de 2023, p. 9

El trabajo y la vida de Pablo Ahmad están estrechamente relacionados. El argentino ha sido productor, instrumentista y compositor, mientras ha impregnado su música de tango, rock y ritmos mexicanos, como resultado de haber vivido la mitad del tiempo en su país natal y la otra en éste. Hay más mezcla que arraigo. Hace 22 años que vivo acá y llegué a los 21; tengo la mezcla perfecta en este momento, voy a cumplir 44, señaló en entrevista.

Ahmad se define como “un pibe argentino que llega y se mezcla con todo. Y todo muy congruente en el sentido de la música, los amigos, las fusiones, las comidas. Soy eso, tengo un disco mío que se llama Un poco de tango y un cacho de todo, y soy eso”, agregó. No hay que tener muchas neuronas para fusionar música, sólo hay que hacerlo.

Señala que su actual forma de ver las cosas deriva de la influencia que ha recibido de otros. “Tiene que ver con las personas más que nada, porque la verdad es que en el estado en que me encuentro hoy trato de ser positivo, y cuando está todo muy mal tampoco me quejo mucho, por lo menos de la boca para afuera. Sí, internamente, uno siempre dice: ‘Dios, ¿por qué a mí?’, pero no lo digo porque me parece muy irrespetuoso”.

La base de su sonido, el tango, ha estado en él desde antes de asumir su relación con este género musical. Lo recuerda en forma de premonición: No te preocupes, el tango te espera, siempre era la frase. Como que en algún momento de tu vida, en general, él te va a encontrar”.

Cuando llegó a México, lo hizo para tocar el bandoneón junto con un grupo de tango afincado en Mérida, Yucatán. Más tarde se mudó a la Ciudad de México, donde comenzó a tocar en bares, todavía sintiendo mucha incertidumbre sobre su carrera.

“Uno elige vivir de algo, mientras tenés el sueño de estar trabajando con la pluma en la mano. Hay algunos que son más kamikazes, que dicen ‘yo no voy a hacer más nada, sólo esto’. Está bien, pero los que no, los que no se la juegan entero, y trabajan en bar y todo, hacen otro camino”, indicó.

Como en el ajedrez

Para él, ese también fue paso importante en su carrera. “En el medio de eso hay un montón de aristas que quizá sí son eslabones en la carrera de uno, pero vos decís: ‘bueno, ¿y ahora qué hago?, estoy en un bar’. Y ahí está el truco, es como el ajedrez, no arranca cuando ya estás por dar un jaque mate, tenés que hacer un montón de cosas, perder caballos e ir armándote con cada jugada que te hace el otro; y acá más o menos lo mismo”.

Ahmad también comparte la idea del éxito que escuchó predicar alguna vez al cineasta Guillermo del Toro. “Lo escuchaba y decía más o menos lo mismo en una charla en un teatro gigante, con los dos Óscar enfrente. Decía: ‘el éxito es más o menos hacer lo que a uno le gusta, aunque no te guste tanto estar en el medio, y guardarte los sábados para darle a tu proyecto’”.

Su perspectiva es la misma cuando se trata de versionar alguna canción de otros, lo que suele ser criticado en el ámbito profesional. “Creo que el día que nadie espere que haga un cover, o ponele que mañana tenga 20 éxitos en la radio y no lo necesite, igual los voy a hacer, voy a hacer otros covers quizá para mí”.

Más que intentar las cosas de una forma distinta, al músico le gustaría poder aprovechar la experiencia que ha acumulado. Yo creo que lo que más hoy sé, y no tiene sentido, es cómo hay que vivir la vida. Todas las cosas que hubiera hecho más rápido… dicen que la experiencia es un peine que te dan cuando ya te quedaste sin pelo, explicó.

Por eso, ahora procura ver su labor de forma más combinada. Me divido entre el artista, el músico y el productor, y como músico espero seguir invitando a las bandas de mi corazón, como los Decadentes o Gustavo Cordera, que viene en abril; vamos a tocar, y también con Panteón Rococó.

Ganó un Grammy recientemente, premio al que, igual que otros, considera placeres momentáneos, reconocimientos de escritorio y carta de presentación, porque lo que verdaderamente importa es el aplauso del público, pues sin público no hay Grammy, y un galardón de esos no vale si no se tiene público que lo sustente.

Ahora trabaja en diversos proyectos. Entre sus trabajos en puerta está una canción para una película, el próximo disco de Amanda Miguel, una grabación con Susana Zavaleta, un disco de tango en portugués y la producción de dos bandas argentinas emergentes.

Mi vida no ha cambiado. El trabajo más o menos es el mismo. Obviamente, va a crecer mucho porque las cosas lindas que pasan a los artistas son siembra, entonces a la larga se cosecha más todavía, concluyó.

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