Depeche Mode siempre ha sido un género por sí mismo: una vibra, una especie de reverberación que es atemporal, nostálgica, oscura, vanguardista, a veces demasiado oscura, pero siempre genial.
El 15º álbum de estudio de Depeche Mode, “Memento Mori” (Columbia Records), cuyo título significa en latín recordatorio de muerte, se siente como un homenaje a su miembro fundador y tecladista Andy Fletcher, fallecido en mayo de 2022, y una misión de afirmación para la música de la banda integrante del Salón de la Fama del Rock and Roll, creada ahora sólo por Dave Gahan y Martin Gore.
Las 12 canciones del álbum son totalmente Depeche, con un sonido completamente embriagador, evocativo artísticamente y a veces desconcertante, como la extraña pero conmovedora “Caroline’s Monkey”. Su música mira con amor hacia el abismo y nos pide que lo amemos. La muerte siempre acecha en la periferia del sonido, industrial, lluvioso y cercano al grunge, que a su vez también está lleno de una amabilidad extraña.
“Soul with Me” es una increíble balada en la que la voz de Gahan cambia hasta un tono irreconocible, mientras que “Before We Drown” es un tema sensual y electrónico, “My Cosmos Is Mine” tiene un ritmo dramático que funciona. “Ghost Again” engancha con sus bajos y “People are Good” tiene un vibrato inusual.
Quizá Depeche Mode enfrenta su propia mortalidad, pero su poder como músicos se extiende hasta el infinito.
RGH