En general, son raros los casos en que los hijos de un gran director de cine se dediquen a lo mismo, pues eso invita a comparaciones odiosas (el caso de Juan Luis Buñuel, por ejemplo, no me dejará mentir). Por ello, ha sido llamativa la aparición de Brandon Cronenberg, quien no sólo ha elegido la misma vocación de su célebre padre David, sino el mismo género, el cine fantástico.