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res años después de haber publicado el álbum Ephemeral Certanties, y ocho años después de haberse ido a vivir y a sonar en Chicago, Javier Red nos presenta uno de los discos más interesantes e iconoclastas de que tengamos memoria: Life & Umbrella. En él, Javier repta y vuela a un mismo tiempo en densas profundidades y en luminosos espacios.
Uno de los más atractivos y sorprendentes dones del maestro, es poder construir todo un entramado de líneas y plataformas que a cada compás te enfrentan a complicados alegatos, a estructuras de incontables e intrincadas aristas, pero que nunca, en ningún momento, dejan de aparecer como amables pinceladas para el ser y el ánima. Una música honesta y reveladora, que uno agradece apenas siempre. Platicamos un poco con Javier.
–Grabaste este nuevo disco con los mismos músicos del primero. Eso es algo difícil.
–Es complicado ¿verdad? No fue necesariamente con medios monetarios, porque estamos hablando de jazz; pero me gusta porque ellos están motivados, están contentos con la música en sí.
–Y no sólo porque estemos hablando de jazz, sino porque el jazz que propones es un tanto iconoclasta, algo parecido al frente de la vanguardia, donde sólo un reducido clan se lanza a trabajar. ¿O cómo ves?
–Bueno, en mi carrera musical siempre he estado buscando qué significa hacer música… a mí me encanta tocar canciones tradicionales de jazz, o estándares de jazz como dicen algunos –no me gusta ese término, parece que estamos hablando de coches–; me gusta tocarlos y ponerles mi sello, pero cuando uno se pone a componer sus cosas, me pregunto desde dónde me gusta ir a buscar y explorar y encontrar cosas. Tanto de la música en sí, material sonoro, material compositivo, nuevas ideas, como también la temática de la cual uno quiere comunicar algo.
–Antes de otra temática, háblanos específicamente de la música. Cuando aún estabas en México con el grupo Ethos o con Piano and Drums Project, tus propuestas iban en las rutas de la vanguardia; pero siento que en este disco Life & Umbrella das un salto más allá. Es decir… independientemente de que el swing casi haya desaparecido de tu discurso, por momentos los ritmos son muy complicados, y aparecen entonces tres voces simultáneas, tres discursos, y cada uno en su propio compás. Algo muy espeso para el oído común. ¿Qué opinas?
–Creo que tienes razón, todo lo que dices es correcto… ésa es una relación profunda, desde tu trinchera, con la música improvisada. Así como la estás escuchando es como es. Ahora… a mí no me gusta hablar de las cuestiones técnicas de lo que sucede ahí adentro, pero me gusta ver si se logra una conexión con el que lo está escuchando, qué reacción emocional existe. Yo tengo la suerte de tener un mentor, más on line que otra cosa, al que puedo ver dos veces al año, que es Steve Coleman.
–¿Qué tanto de esta música está escrita y qué tanto se abren espacios para improvisar?
–En la mayoría de las canciones hago la estructura como si fuera una canción de jazz, y sobre eso improvisamos. Como dices, son estructuras muy largas y con muchas variaciones rítmicas… nos costó mucho lograr que sobre esas estructuras pudiéramos sentir libertad para poder ejercer la improvisación.
–En la portada del disco se menciona la comprensión y el amor por el autismo…
–Mira, mi hijo está dentro del espectro del autismo. La gente con capacidades diferentes tiene que aprender a interactuar con los demás y se prepara y toman muchos talleres. Y a los demás no nos dan ni siquiera una hojita de instrucciones, para saber cómo son, cómo piensan, cómo sienten. No sabemos nada. Entonces, desde mi trinchera de la música, quiero tomar fotografías emocionales alrededor de la vida de una persona con autismo, para poder ayudar a cerrar esa barrera de ignorancia.
–¿Cómo contribuye el disco para ello?
–Hice un par de giras en Estados Unidos, y cuando estoy tocando voy explicando cada una de las piezas… y en el disco puse un pequeño texto explicándolas también. Y las reacciones de la gente son bien bonitas, porque se acercan y me platican de algún familiar y me dicen que ahora entienden un poco mejor todo esto.
Salud
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